INTRODUCCION
LA HISTORIA PARANOICA.
INTRODUCCIÓN.
-¡Despierta ya, pedazo de vago!- gritó Coral a su esposo - son más de las doce. ¿Cuándo piensas ir al consejo?-. Apolo se levantó refunfuñando, se vistió con su vieja capa negra y, sin desayunar, partió hacia el consejo.
Nada más atravesar las primeras calles, el viejo jefe se encontró a Eric, un joven guerrero que representaba a su escuela en el consejo. Esta escuela era una de las más duras de la región, y Eric no había llegado hasta su puesto por la cara, lo había conseguido al derrotar en una lucha a muerte al anterior representante. Esto, al principio, no le sentó muy bien a Apolo, ya que el anterior representante era sobrino suyo; pero al cabo del tiempo se dio cuenta de que ese familiar suyo era un estúpido y lo único que había conseguido era manchar el nombre de su familia tomando muchas decisiones equivocadas mientras ocupaba su puesto en el consejo. Además, descubrió que el joven Eric, además de fuerte y valiente, era una persona inteligente y honrada. Por todo eso decidió hacer las paces con él, al que desde entonces considera como un hijo.
-¡Buenos días, señor Apolo!- dijo Eric -No le importara que le acompañe al consejo, ¿verdad?-. Apolo no le escuchaba. Iba pensando en el extraño sueño que había tenido y que le tenía intrigado. Eric, para no molestarlo, se limitó a seguirlo por los callejones que llevaban al consejo. Cinco minutos más tarde llegaron al consejo y Apolo se despidió de Eric, ya que ocupaban sitios muy distintos y bastantes separados en el consejo.
Apolo, después de saludar a los asistentes, dio comienzo a la sesión y cedió la palabra a Arteniáin.
- Señores,- comenzó -como ya saben, estamos aquí para discutir el tema del cierre de la Escuela de Magia. Como es sabido, la magia ya no interesa a nadie en estos tiempos actuales.
-¡Eso es inadmisible!- le interrumpió gritando Rosanis- ¡Si la gente ya no se interesa por la magia es porque el consejo está condicionando al pueblo para odiarnos!
-¡¿Qué les condicionamos para odiarlos?!- replicó Arteniáin- Señor, eso es imperdonable.
-Señores, que haya paz. Estamos aquí para decidir sobre un asunto que le cuesta al consejo más de dos mil quinientas monedas de oro al año, así que no se peleen y expongan sus argumentos- dijo Apolo, zanjando la discusión- Ahora le toca a usted, señor Rosanis. ¿Qué tiene que decir a favor de la escuela?
-Pues, la verdad, poca cosa en cantidad, -comenzó Rosanis- pero muy grande en cuanto a importancia. Ustedes tienen razón cuando dicen que la Escuela de Magia resulta muy cara, pero considero que no por ello hay que cerrarla, ya que esta Escuela constituye la única, y por tanto la mejor, defensa contra los posibles ataques de magos enemigos...
-Nos valemos de nuestras armas. ¿Qué más necesitamos? Además, la mayoría de las historias sobre magos son leyendas. Actualmente, la ciencia ha...
-¡Cállate ya, Arteniáin! -Y sin más le convirtió en un ratón, que escapó asustado debajo de su asiento.
-Señores, ¡déjense de juegos!- Exclamó Apolo- Prosiga Rosanis.
-No, si ya he acabado- contestó.
-En ese caso es la hora de votar. Por favor, si tienen el gusto de...
Una hora después el recuento había finalizado con treinta y cuatro votos a favor del cierre y dos en contra. La Escuela de Magia quedaba cerrada.
INTRODUCCIÓN.
-¡Despierta ya, pedazo de vago!- gritó Coral a su esposo - son más de las doce. ¿Cuándo piensas ir al consejo?-. Apolo se levantó refunfuñando, se vistió con su vieja capa negra y, sin desayunar, partió hacia el consejo.
Nada más atravesar las primeras calles, el viejo jefe se encontró a Eric, un joven guerrero que representaba a su escuela en el consejo. Esta escuela era una de las más duras de la región, y Eric no había llegado hasta su puesto por la cara, lo había conseguido al derrotar en una lucha a muerte al anterior representante. Esto, al principio, no le sentó muy bien a Apolo, ya que el anterior representante era sobrino suyo; pero al cabo del tiempo se dio cuenta de que ese familiar suyo era un estúpido y lo único que había conseguido era manchar el nombre de su familia tomando muchas decisiones equivocadas mientras ocupaba su puesto en el consejo. Además, descubrió que el joven Eric, además de fuerte y valiente, era una persona inteligente y honrada. Por todo eso decidió hacer las paces con él, al que desde entonces considera como un hijo.
-¡Buenos días, señor Apolo!- dijo Eric -No le importara que le acompañe al consejo, ¿verdad?-. Apolo no le escuchaba. Iba pensando en el extraño sueño que había tenido y que le tenía intrigado. Eric, para no molestarlo, se limitó a seguirlo por los callejones que llevaban al consejo. Cinco minutos más tarde llegaron al consejo y Apolo se despidió de Eric, ya que ocupaban sitios muy distintos y bastantes separados en el consejo.
Apolo, después de saludar a los asistentes, dio comienzo a la sesión y cedió la palabra a Arteniáin.
- Señores,- comenzó -como ya saben, estamos aquí para discutir el tema del cierre de la Escuela de Magia. Como es sabido, la magia ya no interesa a nadie en estos tiempos actuales.
-¡Eso es inadmisible!- le interrumpió gritando Rosanis- ¡Si la gente ya no se interesa por la magia es porque el consejo está condicionando al pueblo para odiarnos!
-¡¿Qué les condicionamos para odiarlos?!- replicó Arteniáin- Señor, eso es imperdonable.
-Señores, que haya paz. Estamos aquí para decidir sobre un asunto que le cuesta al consejo más de dos mil quinientas monedas de oro al año, así que no se peleen y expongan sus argumentos- dijo Apolo, zanjando la discusión- Ahora le toca a usted, señor Rosanis. ¿Qué tiene que decir a favor de la escuela?
-Pues, la verdad, poca cosa en cantidad, -comenzó Rosanis- pero muy grande en cuanto a importancia. Ustedes tienen razón cuando dicen que la Escuela de Magia resulta muy cara, pero considero que no por ello hay que cerrarla, ya que esta Escuela constituye la única, y por tanto la mejor, defensa contra los posibles ataques de magos enemigos...
-Nos valemos de nuestras armas. ¿Qué más necesitamos? Además, la mayoría de las historias sobre magos son leyendas. Actualmente, la ciencia ha...
-¡Cállate ya, Arteniáin! -Y sin más le convirtió en un ratón, que escapó asustado debajo de su asiento.
-Señores, ¡déjense de juegos!- Exclamó Apolo- Prosiga Rosanis.
-No, si ya he acabado- contestó.
-En ese caso es la hora de votar. Por favor, si tienen el gusto de...
Una hora después el recuento había finalizado con treinta y cuatro votos a favor del cierre y dos en contra. La Escuela de Magia quedaba cerrada.
2 comentarios
Fan nº1 -
YO -
puedes poner el resto?